La innovación está ahora en el centro de la estrategia empresarial. De hecho, la intensidad de la competencia los lleva a desarrollar servicios y productos innovadores como lo son las semillas de marihuana online. La actividad innovadora determina la capacidad de las empresas para mantener su ventaja competitiva mediante la oferta de diferenciación. Muchos autores han buscado caracterizar las innovaciones por su grado de novedad, tanto para el mercado como para la empresa. Entre todos los aspectos bajo los cuales es posible considerar la innovación, nos gustaría comenzar por el de que el cambio implica progreso. La innovación es el acto de atribuir a los recursos una nueva capacidad para crear riqueza y difundirla. Una innovación sería entonces una invención aceptada por el mercado, es decir, una nueva idea producida, pero no explotada, no materializada por un producto o un servicio, seguiría siendo solo una invención. Así, la innovación no surge por casualidad, sino que es fruto de la capacidad del mercado de apropiarse de nuevos usos, surgidos de una dialéctica entre progreso técnico y progreso social. El grado de innovación constituye otra dimensión muy discriminatoria de la innovación. Está vinculado al alcance del cambio y del progreso que esta innovación traerá: estamos acostumbrados a distinguir la llamada innovación incremental (que no cambia la naturaleza del producto o servicio) de la llamada innovación radical (o ruptura) que definirá un nuevo uso que requerirá nuevos criterios de actuación.
Después de este punto de vista inicial sobre el cambio que implica progreso, muchos puntos de vista arrojan luz sobre el término innovación. Así, el concepto de innovación, por un lado, califica tanto a un resultado, una oferta de productos y/o servicios, como a un cambio en un proceso productivo y, por otro lado, hace referencia a múltiples campos de investigación en las áreas de estrategia de la empresa, marketing o gestión de proyectos 345. Más allá de sus aportes operativos y de aplicación, la ciencia de datos, y esta es una de sus originalidades, tiene la capacidad de sacar a la superficie nuevas preguntas en las empresas y, por tanto, impulsar la innovación. Actor avanzado en transformación, hoy busca inocular sus propios métodos y su gestión con nuevos métodos de trabajo capaces de acelerar esta innovación, basada en la gestión 3.0. Divertidas, inspiradoras, muy en sintonía con el ADN intelectual “nativo digital” de estos millennials, que son a menudo ingenieros e investigadores de I+D en el campo, las competiciones de datos pueden ser una fuente, además de su dinámica de gestión, de aplicaciones y soluciones técnicas o profesiones, verdaderamente innovadoras.
Rompe las barreras técnicas más fácilmente
Heredero de los hackhatons, las competiciones de Kaggle y otras batallas, este tipo de desafío informático atípico toma la forma de “concursos” entre tándems de científicos de datos. Va más allá que sus “antepasados”: mejora las prácticas y los casos de uso, y permite a las empresas que utilizan Big Data beneficiarse de la experiencia de sus entornos. Se trata, por tanto, de una forma original de promover la innovación tecnológica, de servicios o profesional.
La competencia de datos se basa en situaciones concretas encontradas. El objetivo es derribar barreras, especialmente técnicas, probando soluciones que aún no están en el mercado o problemas propuestos por las empresas, y transformar los temas competitivos en ofertas.
Múltiples casos de innovación ya identificados
Este tipo de batalla ya ha dado lugar a proyectos tangibles. Así, gracias a un concurso de datos, una plataforma de recogida de datos de código abierto permite realizar un estudio del comportamiento de los usuarios de Velib en París. Trabajo que categorizó los distritos (residencial, activo, etc.) mediante una aplicación de visualización de datos y clasificación de estaciones mediante métodos estadísticos. Este tipo de aplicación podría utilizarse para explorar otros datos abiertos. El tema podría ir más allá integrando otras fuentes de datos como el tiempo, los datos relacionados con el transporte parisino, etc. para realizar un estudio sobre las relaciones de los parisinos con los modos de transporte. Otro ejemplo: se creó una aplicación web para automatizar el procesamiento de datos de Twitter con el fin de extraer información relevante (análisis de sentimientos, palabras relacionadas, clasificación de textuales, etc.). La adaptación de esta aplicación ahora permitirá realizar el seguimiento de Twitter de una marca, un producto o una persona. En otra de estas batallas surgió un proyecto de formación en aprendizaje automático: a través de herramientas de ciencia de datos como R o Python, hoy en día en algunas empresas se imparte una formación atípica, que se desvía de los estándares del mercado. La formación se lleva a cabo en varias iteraciones que integran la evaluación de los candidatos, la actualización, la formación y la provisión de elementos o ejercicios de formación continua que permitan a los candidatos continuar con su autoformación después de haber adquirido los conceptos básicos. Estos concursos de datos son, por tanto, fuentes de innovación. También son una verdadera inversión original para mantenerse a la vanguardia de las tecnologías de datos y ofrecer nuevos productos.