No es la primera vez que Estados Unidos acusan a China de intentar robar información a empresas que están intentando conseguir una vacuna contra el nuevo coronavirus, pero sí es la primera vez que Washington pone nombre y apellidos a los presuntos autores. Según el departamento de Justicia estadounidense, dos jóvenes piratas informáticos chinos, Li Xiaoyu y Dong Jiazhi, están detrás del hackeo de los sistemas de empresas privadas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, incluidas farmacéuticas. “Los acusados actuaban para su propio beneficio económico y en otras ocasiones para el beneficio del ministerio de Seguridad y otras agencias gubernamentales chinas”, afirman desde la Casa Blanca. Los jóvenes, pues, hacen frente a once cargos, entre los que robo de secretos comerciales y fraude electrónico. Ahora bien, es improbable que lleguen a juicio dado que están en su país.
Según la administración Trump, la actividad delictiva de los dos sospechosos venía de lejos: hacía una década que robaban información en la red. En los últimos meses, sin embargo, centraron sus esfuerzos en acceder a contenidos relacionados con la lucha contra la pandemia. No hay constancia de éxito en su objetivo, pero sí las hay de que al menos lo intentaron: intentaron detectar vulnerabilidades en el sistema informático de empresas que se sabe públicamente que están implicadas en el desarrollo de la vacuna. Entre otras, una biotecnológica localizada en Massachusetts y otra entidad de Maryland. Y, de hecho, la semana pasada, los Estados Unidos, pero también Canadá y el Reino Unido acusaron igualmente Rusia de estar detrás de acciones similares vinculadas con el robo de información sobre tratamientos y vacunas contra el Covidien-19.
España, entre las víctimas
En la acusación, el departamento de Justicia explica que las acciones de los dos hackers chinos, formados en la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de Chengdu, han afectado diferentes entidades de más de una decena de países, entre los que Australia, el Reino Unido, Alemania o incluso España. Aunque no revela de qué empresa se trata, el auto recoge que una entidad española vinculada con Defensa estaría entre las víctimas de los ataques cibernéticos. La intrusión se habría producido en marzo y los piratas lograron hasta 900 gigabytes de documentación.
John Demers, asistente del fiscal general para la Seguridad Nacional de Estados Unidos, cargó ayer en rueda de prensa contra China, país que terminó situando junto a Rusia, Irán y Corea del Norte como miembro del “vergonzoso club de naciones que proporcionan refugio seguro a cibercriminales “. Mientras tanto, y después de casi tres meses sin celebrar su, el presidente Donald Trump volvió a ofrecer anoche una rueda de prensa para transmitir la posición de la Casa Blanca en la lucha contra el nuevo coronavirus. A diferencia de su postura en los últimos meses, el presidente animó a la población a utilizar la mascarilla “si no pueden mantener la distancia de seguridad”.
A todo esto, la pandemia en el país continúa acelerada. En los últimos días, los Estados Unidos han sobrepasado los 70.000 diagnósticos positivos diarios, mientras que los casos totales trepan hacia los cuatro millones.