Desde hace dos años, con el surgimiento de la pandemia del Covid 19, emergieron nuevas modalidades de negocio que, en oportunidades, parecieran poner patas arriba lo que tradicionalmente se había concebido como la vía más exitosa de hacer crecer el capital personal o familiar.
De acuerdo con la consultora internacional CBRE, con base en Dallas, y extendida por decenas de países, España se ha convertido en referente para los inversionistas, con un crecimiento en lo que va del 2021 de 64%, y un acumulado de más de 7.800 millones de euros. Sucede que la demanda por inmuebles habitacionales, turísticos, comerciales e industriales es mucho mayor que la oferta. Y eso es sólo la punta del iceberg.
Lo que fue, vuelva a ser
Quizás parezca mentira, pero la crisis sanitaria ha llevado a la gestación de cambios radicales en la conducta y los hábitos de la población mundial, principalmente la de los sectores urbanos.
Al permanecer más tiempo en casa, la gente ha optado por desarrollar nuevas formas no sólo de relacionarse con sus familiares, amigos y conocidos, sino también en la manera de generar ingresos y, más allá, de construir un capital.
Revisando las tendencias, además de la adquisición de bienes inmuebles que ha sido defendida por numerosos personajes a lo largo de la historia, ahora se han abierto otras opciones. Por ejemplo: adquirir como propiedad las fuentes de agua, así como su envasado y comercialización, está siendo evaluado como “el oro del siglo XXI”.
Lo mismo podría decirse de adquirir acciones en las empresas dedicadas a la compraventa de productos a distancia, con la garantía del transporte incluido. Su crecimiento está calculado entre un 60 y un 80 por ciento anual.
Otra posibilidad de ver crecer la inversión son las llamadas ETF, los fondos negociados en las bolsas de valores: oro, diamantes, petróleo. Eso se hace a través de los corredores especializados. Es un espacio donde hay grandes inversionistas, y también pequeños, así como fondos de previsión social.
De hecho, una estrategia que fue tradicional en tiempos pasados, se está poniendo de moda otra vez, pero ahora apoyada por las nuevas tecnologías.
Se trata de la negociación directa, sin intermediarios, entre el que oferta y el que adquiere.
Cada vez hay más lugares en las redes donde productores y comerciantes ofertan sus bienes directamente a los consumidores, los cuales pueden negociar y llegar a acuerdos, logrando bajar el costo.
Justamente, a un muchacho muy joven, originario de ex-Unión Soviética, se le ocurrió desarrollar un sistema de intercambio monetario que incluye su propia moneda virtual, esto resultó un mecanismo que transformó las negociaciones sin pasar por intermediarios. Su nombre es Vitalik Buterín, tiene 27 años, y es el padre de Etherium. A continuación le daremos una descripción general de la criptomoneda y si aún no tiene, está a tiempo de comprar criptomonedas como forma de asegurar su futuro.
Un modelo abierto
Hoy en día, el Ethereum es la segunda criptomoneda, después del Bitcoin, más utilizada en el planeta. Se han creado centros para el intercambio de criptomonedas entre los que destaca https://changelly.com/es/buy/eth para apoyar a quienes están interesados en realizar inversiones desde modestas hasta grandes, con alta rentabilidad. Incluso hay formas de obtener de forma gratuita o a través de intercambio algunas fracciones de Ethereum. Una de ellas es el intercambio de propaganda en las redes sociales o completar un número alto de verificación de captcha que luego se utilizan en varios sitios web. Pero ¿quién se encuentra detrás de esta moneda?
Vitalik fue un niño genio: a los 17 comenzó sus estudios en el MIET, Instituto de Ingeniería y Matemáticas de Moscú. Hijo de un ingeniero en computación, Dimitry Buterin, y de una ejecutiva financiera senior, Natalia Ameline, apasionada por la tecnología Blockchain.
Vitalik, junto a su padre, comenzó a los 15 años a interesarse por una tecnología de bloques, una forma de manejar dinero virtual sin la intervención de los Estados ni las instituciones bancarias.
Se transformó en un analista para revistas especializadas, se adentró en el universo de las criptomonedas y en todo lo relacionado con el Bitcoin.
En el 2013, escribió un documento denominado “White paper” que fue el punto de partida de una red descentralizada llamada Ethereum, que generó una unidad de intercambio: el ether.
En ocho años, el sistema de programación abierto permite programar con fluidez los intercambios, las negociaciones, manteniendo la fortaleza de la inversión con alta seguridad. Hay más de 1.200 desarrolladores activos en ese sistema.
Lo interesante de esta plataforma es que no requiere intermediarios. A decir del propio Vitalik es como si los productores del campo, en lugar de venderle toda su producción a las cadenas de supermercados para su comercialización, se saltaran ese intermediario y negociaran directamente con los consumidores de frutas y hortalizas. Un sistema de instrumentos digitales con gran crecimiento y rendimiento a futuro.